Estimados colegas
Stop
La rompiente de los manglares
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Me apartó de lo consciente por unos días
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Pero, a fin de cuentas
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¿a quién le preocupa?
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Al menos me despedí de los pelícanos a tiempo
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Incluso los poetas deberían poder permitirse
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Una pequeña desaparición de vez en cuando
Stop
¿no?
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Pero los suspiros se intercalan
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Por cada par de ojos negros
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Que me devuelven la mirada
Stop
Tímidos y bravucones a manos llenas
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Y vivarachos como colibríes
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Mientras mi pies se hunden en la arena
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Un poco confundidos
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Están más acostumbrados a las botas
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Pero éstas están de permiso
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¡Qué narices! Se lo merecen
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Mis saludos, compoetas
Stop
Desde playas caribeñas
Stop
Con esencia de historias de piratas
Stop
Firmado
Stop
El corresponsal de revolución
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