Apreciados estetas,
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Demasiado tiempo sin noticias
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No es de extrañar
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Dada la inseguridad literaria de la ciudad
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La semana pasada mi comunicado
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Fue atracado a punta de navaja
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Sin dinero, no pudo coger el autobús de vuelta a España
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Y el de la semana anterior
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Se despistó y terminó de vuelta en casa
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Espero que sepáis perdonar estas desconsideraciones
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Pero en Bélgica no se andan con tonterías
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Por otra parte
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Las nubes perpetuas de Bruselas
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Precisamente no animan a darse a la pluma
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Pero al menos
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Son fieles y constantes compañeras
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Y nunca escatiman
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En compartir contigo su lluvia
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De manera absolutamente desinteresada
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Me encantan los entes generosos
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Y en este país escasean
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Firmado, desde las calles grises de Bruselas
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Firmado,
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El corresponsal de revolución
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